Tras una semana de interrogatorios, reunión de pruebas, juicios y deliberaciones, la Corte Internacional de Justicia ha dictado sentencia contra Hodori, detenido en Australia y acusado de numerosos crímenes contra la Humanidad. Se puede decir que hoy la comunidad internacional respira más tranquila... pero se ha generado mucha polémica.
Como sabemos, 134 países (131 estados independientes más Islas Vírgenes Británicas, Guayana Francesa y Antillas Holandesas) presentaron cargos contra él a lo largo de los últimos 20 años, y la CIJ se ha hecho eco de todos ellos. Sin embargo, la integridad del propio tribunal está siempre amenzada y, de hecho, a menudo no es reconocida por muchos países. En esta ocasión, los gobiernos de Marruecos y Egipto no reconocieron al tribunal. La presión de Mohamed VI, por un lado (gracias a Mr. Grieves por recordárnoslo) y de los Colossos de Memnón por otro, han surtido efecto y el tribunal tuvo que desestimar la mitad de las acusaciones para contentar a estas dos potencias.
Marruecos y Egipto presionaron para que Uganda, Sudán, Ruanda, Burundi y la República Democrática del Congo (antes Zaire, antes República Democrática del Congo, antes Congo Belga), retirasen los cargos. Recordemos que fue en esos países donde cometió la mayoría de los crímenes de lesa humanidad. Al quedar solamente Bosnia y Croacia como acusaciones por crímenes de guerra, la jurisdicción de tales cargos pasó al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Es decir, dos tribunales internacionales distintos tenían que juzgarle, aunque uno pertenezca al otro. La jugada fue maestra. El caos burocrático fue total.
Ante tal situación, finalmente se descartaron los cargos de Bosnia y Croacia para conseguir la unidad de sumario, en un hecho sin precedentes. La CIJ se reunió a deliberar y hoy ha publicado la sentencia:
- 40 años de prisión por amenazas, disturbios, ayuda a un país enemigo e intento golpista en Corea del Sur.
- 25 años por robo de armas, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal en Colombia.
- 30 años por cada uno de los asesinatos en primer grado de las mascotas mencionadas en la otra entrada.
- 25 años por colaboración con banda armada (IRA Auténtico) en el Reino Unido.
- 30 años por secuestros y asesinatos en Timor Oriental.
- 10.000 euros de multa y tres meses de prisión por injurias contra el Nuncio del Vaticano en Australia.
- 3.000 euros por agredir a un embajador de la Serenísima República de San Marino.
- Inhabilitación de por vida para desempeñar cualquier cargo público o privado en Europa, Asia, Oceanía, Colombia y las Antillas Holandesas.
- Orden de alejamiento a 15 kilómetros de cualquier evento deportivo de relevancia.
- Desestimación del Derecho de Asilo por parte de los gobiernos marroquí y egipcio.
Cumplirá todas las penas en el mismo centro, que por sorteo ha recaido en la Penitenciaría Estatal de Seremban (Sultanato de Negeri Sembilan, Malasia). Qué rápida es la justicia cuando están los periodistas detrás.
Como sabemos, 134 países (131 estados independientes más Islas Vírgenes Británicas, Guayana Francesa y Antillas Holandesas) presentaron cargos contra él a lo largo de los últimos 20 años, y la CIJ se ha hecho eco de todos ellos. Sin embargo, la integridad del propio tribunal está siempre amenzada y, de hecho, a menudo no es reconocida por muchos países. En esta ocasión, los gobiernos de Marruecos y Egipto no reconocieron al tribunal. La presión de Mohamed VI, por un lado (gracias a Mr. Grieves por recordárnoslo) y de los Colossos de Memnón por otro, han surtido efecto y el tribunal tuvo que desestimar la mitad de las acusaciones para contentar a estas dos potencias.
Marruecos y Egipto presionaron para que Uganda, Sudán, Ruanda, Burundi y la República Democrática del Congo (antes Zaire, antes República Democrática del Congo, antes Congo Belga), retirasen los cargos. Recordemos que fue en esos países donde cometió la mayoría de los crímenes de lesa humanidad. Al quedar solamente Bosnia y Croacia como acusaciones por crímenes de guerra, la jurisdicción de tales cargos pasó al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Es decir, dos tribunales internacionales distintos tenían que juzgarle, aunque uno pertenezca al otro. La jugada fue maestra. El caos burocrático fue total.
Ante tal situación, finalmente se descartaron los cargos de Bosnia y Croacia para conseguir la unidad de sumario, en un hecho sin precedentes. La CIJ se reunió a deliberar y hoy ha publicado la sentencia:
- 40 años de prisión por amenazas, disturbios, ayuda a un país enemigo e intento golpista en Corea del Sur.
- 25 años por robo de armas, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal en Colombia.
- 30 años por cada uno de los asesinatos en primer grado de las mascotas mencionadas en la otra entrada.
- 25 años por colaboración con banda armada (IRA Auténtico) en el Reino Unido.
- 30 años por secuestros y asesinatos en Timor Oriental.
- 10.000 euros de multa y tres meses de prisión por injurias contra el Nuncio del Vaticano en Australia.
- 3.000 euros por agredir a un embajador de la Serenísima República de San Marino.
- Inhabilitación de por vida para desempeñar cualquier cargo público o privado en Europa, Asia, Oceanía, Colombia y las Antillas Holandesas.
- Orden de alejamiento a 15 kilómetros de cualquier evento deportivo de relevancia.
- Desestimación del Derecho de Asilo por parte de los gobiernos marroquí y egipcio.
Cumplirá todas las penas en el mismo centro, que por sorteo ha recaido en la Penitenciaría Estatal de Seremban (Sultanato de Negeri Sembilan, Malasia). Qué rápida es la justicia cuando están los periodistas detrás.
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