Porteros de discoteca en el Magreb

Tras el viaje (feliz y a la vez baladrísimo) por tierras tunecinas, me reafirmo en la teoría de que el norte de África está gobernado por una serie de porteros de discoteca, cada cual más pintoresco. Si bien, comparados con sus colegas más al sur del desierto no resultan tan alarmantes, siguen siendo un grupo de aúpa. Aunque en la tira me haya dejado a Bouteflika y a Gadafi (por una simple cuestión de espacio) no los olvido.

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Unos más demócratas que otros, otros más aperturistas que algunos, y algún caso particular de fashion victim libio ocupan el litoral mediterráneo al sur de Gibraltar y Sicilia. Sin duda, desde una cultura política europea resulta chocante este tipo de populismo arabesco. Pero eso sí, hay que reconocer que han conseguido llevar a sus países a las cotas más altas de desarrollo de todo África, solo por detrás de Mauricio, Seychelles y alguna de estas dependencias europeas que todavía quedan en mitad de ninguna parte.

Otro día ya habrá tiempo de hablar de Túnez; siempre se puede mirar en cualquier foro o en la wikipedia. Los porteros de discoteca, sin embargo, merecen más atención.